Sus sueños iban siempre más allá de la acera de enfrente. Soñaba siempre en voz alta y tan, tan fuerte, que cada vecino a la redonda conocía ya bien sus anhelos. Cada ilusión desbordada. Decidieron, entonces, involucrarse al estilo musical, pues ella se expresaba con tal fuerza que comenzó a cantar sus sentimientos. Y cada historia de su corazón era melodiosa. Hermosa. Así, sus vecinos no sólo comenzaron a memorizar estas piezas, sino también a hacer segunda. A contribuir con arreglos.
La colonia entera cantaba ya todo el tiempo. Vivían las historias de amor de ella y cada historia alguna vez enterrada, entonces, revivió. Cada una tenía coreografía. Vestuario. Título. El amor revivió. El amor, se dio (ella) cuenta:
Jamás murió.


Leave a comment